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Tema 5: desigualdad y violencia

La violencia contra las mujeres es una expresión de la relación de desigualdad entre hombres y mujeres. Es una violencia basada en la afirmación de la superioridad de un sexo sobre el otro, de los hombres sobre las mujeres. Afecta a toda la organización de la sociedad y, por tanto, estos actos violentos deben ser analizados dentro del contexto social.

El proceso de socialización a través del cual las personas asumimos reglas y normas de comportamiento se produce, fundamentalmente, en dos ámbitos: la familia y la escuela. En este proceso intervienen, además, las instituciones políticas, religiosas y administrativas, así como el medio laboral.

Con todos estos mecanismos, la sociedad presiona para que las personas pensemos y actuemos de forma diferente según seamos mujeres u hombres (socialización de género). Es decir, se espera que cada uno y cada una ejerzan el rol de género asignado de manera «adecuada». No hacerlo, supone romper, enfrentarse, cambiar las normas fuertemente tejidas a lo largo de la historia, por lo que los costes emocionales (culpa, miedo, inestabilidad, etc.) son muy altos y es importante el apoyo grupal para no sentirse en soledad.

La violencia está incorporada cultural-mente en la identidad masculina. Desde pequeños los niños aprenden a responder agresivamente y se entrenan en aspectos activos tales como ganar, luchar, competir, apoderarse, imponer, conquistar, atacar, vencer-, etc., mientras que las niñas aprenden a ceder, pactar, cooperar, entregar, obedecer, cuidar…, aspectos que no llevan al éxito ni al poder y que son considerados socialmente inferiores a los masculinos.

La violencia, tanto la física como la psicológica, es un modelo de respuesta muy extendido a los problemas interpersonales y sociales, como fruto de unos rasgos culturales que predominan en la forma de vida y de pensamiento de las personas y grupos sociales, y que genera unas consecuencias negativas y destructivas para las personas.

Rasgos más destacados que sustentan una respuesta violenta:

–Imagen distorsionada de la realidad.

–Autoestima basada en la superioridad.

–Diagnóstico individualista de la realidad.

–Falta de reciprocidad de derechos y deberes.

–Irresponsabilidad individual.

–Insuficiente comprensión de los puntos de vista ajenos.

–Escaso interés por la mejora de las relaciones.

–Obsesión por triunfar individualmente.

–Escasez de conductas prosociales.

Los hombres han dominado el espacio público y también han ejercido su poder en el ámbito privado. Este poder ha dado origen a un sistema de jerarquías que se conoce como patriarcado. De acuerdo con la organización patriarcal de la sociedad, ambos sexos han desempeñado siempre papeles sociales diferentes. Así, las mujeres han quedado reducidas al espacio doméstico de la familia. Este reparto de papeles ha permitido que las mujeres sean consideradas como una propiedad del hombre, de la misma forma que lo son los hijos y las hijas. Afortunadamente, esta situación está comenzando a cuestionarse; las mujeres, cada día en mayor medida, se integran a otras esferas de la vida.

De ahí que hasta hace poco tiempo no se considerara como un delito la violencia física o psíquica ejercida dentro del ámbito familiar o de pareja, sino como «asuntos privados» de las parejas o «cosa de dos».

Esto no significa que toda la sociedad ni todos los hombres promuevan y ejerzan violencia y estén satisfechos con un orden de cosas que subordinan a las mujeres, ni que todas ellas estén en su conjunto sometidas a esta forma de proceder. De hecho, coexisten diversas formas de relación y de ser hombre y mujer en nuestra sociedad no basadas en la fortaleza de lo masculino, en la agresividad, la competitividad y la renuncia a los sentimientos y que plantean un modelo positivo, respetuoso, igualitario y más libre que luche contra todo tipo de discriminación por razón de sexo. De hecho, los hombres y las mujeres del siglo XXI queremos una sociedad donde podamos vivir plenamente reconociendo toda nuestra experiencia, capacidades y valores, compartiendo derechos y obligaciones en la vida personal, familiar, social y profesional, basada en la igualdad, el respeto y la paz.

Objetivos generales

•Sensibilizar acerca de la violencia, en general, y de la violencia de género, en particular, estimulando el desarrollo de actitudes de rechazo ante las mismas.

•Favorecer cambios afectivos, cognitivos y conductuales que ayuden a superar el sexismo.

•Concienciar a todas las personas para que no toleren la violencia de género y reconozcan los mitos socioculturales que la perpetúan.

•Promocionar, favorecer y desarrollar relaciones de igualdad y respeto hacia los derechos humanos.

•Desarrollar en la comunidad educativa conductas y habilidades que faciliten la erradicación de la violencia, identificándola en sí misma y en la personas y potenciando habilidades personales de autoprotección.

•Identificar situaciones sexistas generadoras de violencia diseñando estrategias de prevención e intervención.

OBJETIVOS ESPECÍFICOS

1. Dar a conocer el fenómeno de la violencia contra las mujeres, haciendo especial hincapié en los malos tratos ejercidos por parte de su pareja.

2. Comprender las razones de este fenómeno y desterrar las creencias erróneas que existen acerca de la violencia contra las mujeres en el ámbito doméstico.

3. Observar y reflexionar acerca de la violencia entre iguales y desarrollar habilidades para afrontar los conflictos.

4. Analizar la violencia entre parejas y desarrollar habilidades para afrontar los conflictos.

5. Establecer relaciones equilibradas, solidarias y constructivas con las personas en situaciones sociales conocidas.

6. Apreciar la importancia de los valores básicos que rigen la vida y la convivencia humana y actuar de acuerdo con ellos.

7. Desarrollar conductas y habilidades que nos permitan vivir libres de violencia, reconociéndola en sí misma y en otras personas y desarrollando habilidades de autoprotección

8. Reconocer las emociones y los sentimientos y actuar adecuadamente como una forma de resolver conflictos sin violencia, conociendo diferentes formas de afrontar los conflictos en las relaciones.

9. Sensibilizar a la comunidad educativa de la existencia de la violencia de género y aportar modelos igualitarios.

10. Identificar situaciones e itinerarios vivenciales en los que se pueda producir violencia, y aprender a analizar y a resolver conflictos incorporando la perspectiva de género.

11. Desarrollar en la comunidad educativa conductas y habilidades que nos lleven a la erradicación de la violencia de género.

Para la consecución de estos objetivos debemos conocer y comprender que:

Todas las personas tenemos derecho:

A vivir una vida libre sin abuso de poder.

A contarlo, cuando sean víctimas de violencia o abusos. A buscar apoyo y pedir ayuda.

A sentir y expresar miedo, rabia, tristeza y alegría. A llevar una vida digna libre de vejaciones.

Que nadie tiene derecho:

A agredir a otras personas, ni física ni psicológicamente.

A forzar a nadie a hacer algo que no quiere.

A violentar o tocar el cuerpo de otra persona para su beneficio personal.

Metodología

Se propone una metodología que promueva una transformación de las teorías personales del alumnado, provocando el acercamiento a otras y respetando el proceso natural de construcción de las mismas.

Esquemáticamente, las fases serían las siguientes:

En la fase de Ideas Previas, se trata de hacer explícitos los conocimientos y actitudes del alumnado en relación al tema que se desea trabajar. Es muy importante partir de esta fase, ya que facilita:

-Que el alumnado sea consciente de lo que ya sabe y también de sus contradicciones y sus lagunas, lo cual estimula la motivación para el aprendizaje.

-Que el profesorado adapte los contenidos y actividades de las siguientes fases a las necesidades reales del alumnado.

En esta fase es muy importante que EL PROFESORADO favorezca la expresión del alumnado, evitando que se juzguen las opiniones, intereses y actitudes.

En la fase de Contraste se pretende confrontar las ideas previas del alumnado con otras fuentes, a fin de que pueda continuar el proceso de aprendizaje iniciado en la fase anterior. Las fuentes de contraste pueden tener distinto origen:

-Grupo de iguales. Es una de las fuentes principales de contraste. Una de las actividades más apropiadas es el debate.

-Textos y documentos. En estas fuentes el alumnado tiene la oportunidad de conocer las reflexiones de personas expertas.

-Personas de su medio. Esta fuente permite al alumnado conocer de forma sistemática las opiniones y actitudes que en su entorno socio-cultural prevalecen y que son las que han dado origen a sus propias creencias y actitudes.

-Profesorado. Es una de las fuentes de mayor influencia dentro del proceso educativo formal del alumnado. Por tanto, sería importante que el profesorado actualizara sus conocimientos y creencias en torno a la cuestión de la violencia de género.

Finalmente, en la fase de Conclusiones se pretende que el alumnado sintetice el aprendizaje realizado, a la vez que permite al PROFESORADO conocer cómo o hasta qué punto se han modificando las ideas previas.

En términos generales, y como estrategias, para favorecer la comunicación y el respeto en la vida cotidiana del aula, se sugiere:

•Usar un lenguaje que no sea impositivo.

•Defender el derecho a poder disentir y a ser respetado o respetada.

•Estimular la capacidad de escucha

•Integrar las diferencias y las aportaciones individuales.

•Favorecer la autoestima tanto mujeres como de hombres.

•Reforzar positivamente a los alumnos y alumnas.

•Promover la confianza entre las personas y sus capacidades, así como la tolerancia y la empatía

•Favorecer dinámicas de trabajo cooperativas.

•Crear espacios de reflexión donde se puedan expresar los conflictos de convivencia y acordar soluciones.

•Promover que el protagonismo en el «uso de la palabra» sea compartido tanto por hombres como por mujeres.

•Responsabilizar por igual, a unas y a otros, en las diferentes tareas que se les encomienden.

•No tolerar actitudes despreciativas entre el alumnado, y especialmente las provocadas por las diferencias de género.

•Buscar el mayor número de soluciones analizadas ante un problema.

•Fomentar procesos de interrogación, diálogo y razonamiento.

MATERIALES DE APOYO PARA EL DESARROLLO DE ACTIVIDADES

Ficha I

Definiciones que pueden servir de orientación al profesorado a la hora de realizar las distintas propuestas contenidas en esta actividad.

SEXO: es una categoría biológica. Es el conjunto de características físicas, biológicas y corporales diferenciadas con las que nacemos hombres y mujeres que se transmiten por un código genético. Estas características son naturales, universales y biológicas. Coinciden en todo tiempo y en toda cultura. No son educables.

GÉNERO: Es una categoría cultural. Es el conjunto de características psicológicas, sociales y culturales asignadas a las personas en una sociedad a partir de las diferencias biológicas y que se traducen en la asignación de roles sociales diferenciados para hombres y mujeres. Estas características son modificables, se van transformando con el tiempo y varían de una cultura a otra.

ESTEREOTIPOS: son ideas preconcebidas asignadas a uno u otro sexo. Son características muy simplificadas y generalizadas que, implícita o explícitamente, representan unos valores, juicios y suposiciones, incluso no siempre se hace de manera consciente. Cuando se realiza una valoración sea negativa o positiva, de un grupo o persona, el resultado es el prejuicio. Y la base de toda discriminación se asienta en los prejuicios.

VIOLENCIA: Se habla de maltrato, violencia o abuso, cuando una persona, a través de su comportamiento, provoca daño físico o emocional a otra persona.

La violencia puede adoptar diversas formas:

Física: Desde un empujón intencionado, una bofetada o arrojar objetos, hasta el extremo del asesinato. El maltrato físico, además de poner en riesgo la salud y la vida de las personas agredidas en los casos más extremos, provoca miedo intenso y sentimientos de humillación, que van destruyendo la autoestima de las personas. Este tipo de violencia puede ser percibida objetivamente por terceras personas y habitualmente deja huellas externas

Psicológica: Aquí entrarían actos como los insultos («eres una puta», «eres un calzonazos»), los desprecios («no vales para nada»), las humillaciones y chanzas («¿Quién te va a querer con esa cara?»).También supone violencia psicológica el ignorar a una persona (no hablar a alguien o hacer como si no existiera) y tambien la amenaza de agresión física («como no me hagas caso, te parto la cara»). El maltrato psicológico continuado, al igual que el físico, provoca sentimientos de humillación, que van destruyendo la autoestima de las personas. Dentro de esta categoría se encuentran también la:

– Violencia económica: control de acceso al dinero, impedimentos para dejar a la persona trabajar, obligación de entregar el dinero

-Violencia social: la persona agresora limita los contactos sociales y familiares, aislando a la víctima del entorno y limitando así el apoyo social.

Sexual: Cualquier contacto sexual no deseado. Desde levantar las faldas a una chica o bajarle los pantalones a un chico, hasta la violación. Las agresiones sexuales también producen fuertes sentimientos de humillación y por lo tanto, producen daños psicológicos. Se ejerce mediante presiones físicas o psíquicas que pretenden imponer una relación sexual no deseada a través de coacción, intimidación o indefensión. Se distingue de la violencia física en que el objeto es la libertad sexual de la persona, no tanto su integridad física.

VIOLENCIA DE GÉNERO: todo acto de violencia basado en el género que tiene como resultado posible o real un daño físico, sexual o psicológico, incluidas las amenazas, la coacción o la privacidad arbitraria de la libertad, ya sea que ocurra en la vida pública eo en la vida privada. (Beijing, 1995)

La violencia de género es aquella que, como manifestación de la discriminación, la situación de desigualdad y las relaciones de poder de los hombres sobre las mujeres, se ejerce sobre éstas por parte de quienes sean o hayan sido sus cónyuges o de quienes estén o hayan estado ligados a ellas por relaciones similares de afectividad, aun sin convivencia (Ministerio de Igualdad

VIOLENCIA DOMÉSTICA: La violencia doméstica, violencia familiar o violencia intrafamiliar comprende todos aquellos actos violentos, desde el empleo de la fuerza física, acoso o la intimidación, que se producen en el seno de un hogar y que perpetra un miembro de la familia contra algún otro familiar.

En esta actividad se ha comentado las diversas formas de reaccionar ante las situaciones en las que otros amenazan nuestros derechos. Algunas personas reaccionan agresivamente, mientras que otras lo hacen pasivamente. La forma más apropiada de reaccionar es un tipo de conducta intermedia a la que se ha llamado asertividad.

FICHAS SE TRABAJO:

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Tema 4: De la conciliación a la corresponsabilidad

Barrer, fregar suelos, limpiar baños y cocinas, hacer camas, cocinar-, organizar la compra, lavar, planchar, guardar en los armarios, cuidar de las personas enfermas, priorizar gastos, planificar la economía doméstica… y así un sinfín de tareas que habitualmente realizan algunas personas para hacer que la vida de toda la familia sea más agradable. Y casi siempre, las personas que realizan la mayoría de estas actividades son mujeres, la madre, la esposa, la compañera, la hermana, la asistenta…

Habitualmente no llegamos a percibir lo que las demás personas que están con-viviendo a nuestro alrededor hacen para que todo vaya bien. Las rutinas diarias de limpieza, cocina, cuidado, son esenciales para vivir y convivir. Sin embargo, les damos escaso valor. Y cuando llegamos a percibir su importancia es, en muchos casos, porque la persona que habitualmente las hace ya no está o deja de realizarlas.

Si nos paramos sólo un poco y observamos, nos daremos cuenta de todo el trabajo que conlleva conseguir las cosas que nos hacen agradables el vivir y convivir a diario; pero todo esto no se hace solo, y si uno no lo hace, alguien lo está haciendo por él. Es hora de preguntarnos ¿quién es esa o esas personas? ¿Cuánto tiempo dedican a ello? ¿Por qué lo hacen? ¿Dónde han aprendido? En cuanto a uno mismo, hemos de preguntar nos también si intentamos hacer la vida más agradable a los demás y si lo hacemos ¿cómo lo hacemos?

Durante muchos años la mujer ha sido, fundamentalmente, la única encargada de todas aquellas tareas que se denominaban «labores del hogar» o «trabajo no remunerado» y que limitaban su presencia al ámbito privado, el del hogar. Los estereotipos de género, principal motivo de esta situación, han ido evolucionando y la mujer se ha incorporado al mundo del trabajo remunerado, si bien este avance, ha supuesto para muchas mujeres tener que sumar al tiempo dedicado a las «tareas del hogar» el tiempo dedicado al «trabajo remunerado» en lo que se denomina la «doble jornada». El avance producido en la incorporación de la mujer al ámbito público no ha ido acompañado de una incorporación similar de los hombres al mundo de lo «privado», a la corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado.

No obstante, esta tendencia ha comenzado a disminuir paulatinamente en los últimos años, si bien todavía es la mujer la que dedica el triple de tiempo a la realización de estos trabajos. Y a pesar del cambio, algunos datos plantean que el cambio es más a nivel de pensamiento que de realidad, por lo que a pesar de los avances en la corresponsabilidad masculina en los tema domésticos y de cuidado, todavía se está lejos de haber conseguido una distribución igualitaria.

Objetivos

Comprender la importancia de la corresponsabilidad en el ámbito familiar.

Generar un respeto hacia el trabajo de aquellas personas que realizan las labores domésticas y de cuidado.

Destacar que las personas encargadas del trabajo doméstico lo hacen teniendo en cuenta no sus necesidades y gustos sino los nuestros.

Incidir en la responsabilidad del mantenimiento y cuidado de las instalaciones que usamos y compartimos.

Reconocer la labor de todas las personas que se ocupan de otras que están enfermas y de las funciones que realizan.

Reconocer la labor microeconómica que supone la organización y la economía familiar.

Valorar la importancia del trabajo en familia para la economía de una sociedad.

Poner de manifiesto la capacidad tanto de hombres como de mujeres de planificar y ejecutar cualquier tarea doméstica y de cuidado.

Desterrar los estereotipos de género que encasillan a la mujer en el ámbito del hogar y al hombre como proveedor familiar.

Fomentar la búsqueda de soluciones a problemas cotidianos. Aprender a ponerse en lugar del otro.

Saber valorar los problemas en su justa medida.

Respetar las opiniones contrarias a las nuestras.

Metodología

Las actividades propuestas son suficiente-mente abiertas como para que el profesorado pueda libremente realizarlas, si bien nuestra propuesta se basa en la reflexión sobre diferentes supuestos relacionados con los saberes y la casuística cotidiana (Un día en familia, Cuando la pareja se rompe, Ser padre en el siglo XXI, etc.)

En cualquier caso supone un plantea-miento metodológico más relacionado con la investigación, con la actitud crítica y el cuestionamiento de hechos que a muchas personas les pueda parecer evidentes pero que no siempre lo son. Es fundamental el trabajo de debate y reflexión hacia las cuestiones relacionadas con la responsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado y con la asignación tradicional masculina/femenina de valores y actividades, proponiendo modelos en que hombres y mujeres vayan adquiriendo responsabilidades respecto a los cuidados cotidianos de su entorno e interés por las necesidades de la personas que está a su alrededor. Hablamos de un delicado equilibrio de valores entre los intereses personales (aficiones, trabajo, descanso, ocio, etc.) y las necesidades que genera la convivencia en común. Por tanto se trata de transmitir un modelo de organización basado en la corresponsabilidad, en el que compartir las tareas de las que todas las personas nos beneficiamos (y de las que todas somos responsables) genera tiempo suficiente para uno mismo y para compartir con los y las demás.

Para el desarrollo de las diferentes fi-chas es importante combinar la reflexión personal y grupal: el trabajo individual es necesario por cuanto aporta mayo-res posibilidades de autorrefexión; pero también el trabajo en grupo, ya que este supone reflexionar conjuntamente, valorar los puntos de vista de otras personas, ser conscientes de que existen diferentes formas de afrontar los trabajos y los problemas. La reflexión individual es más indicada para el comienzo de cada ficha, mientras que las puestas en común y el trabajo en grupo permitirán desarrollar actitudes sociales positivas hacia estos temas.

10 cuestiones sobre igualdad. El análisis del contexto como punto de partuda

EJEMPLIFICACIÓN EN UN CENTRO

Objetivos generales.

-Progresar en la adquisición de hábitos no sexistas en relación al trabajo doméstico y en la asistencia de nuestros mayores.

-Fomentar que el ámbito privado sea horizontal, de consenso

Objetivos específicos.

1.- Utilizar técnicas y métodos para cambiar la percepción del trabajo doméstico como eminentemente femenino.

Actividades para trabajar este objetivo

-Charla sobre conciliación laboral y familiar.

-Concurso de carteles con el lema «Compartir es querer «en el que pueden participar todo el alumnado

2.- Elaborar estrategias para percibir como natural la corresponsabilidad en el cuidado de nuestros mayores.

Actividades para este objetivo

-Explicación en clase del envejecimiento como un proceso natural de todas las personas.

– Dar entender el cuidado de la dependencia como un ejercicio de solidaridad y corresponsabilidad.

-Proyectar una película donde se aborde críticamente este tema y suscitar un debate.

METODOLOGÍA

Elaboramos una escala de actitud (figura como anexo I) que midiera y reflejara una puntuación sobre un índice de machismo establecido de la siguiente forma: todos los ítems que conformaban la escala llevaba cuatro posibles respuestas, nada de acuerdo, poco de acuerdo, bastante de acuerdo y muy de acuerdo a los que se puntuaba, en un gradiente creciente de sesgo machista, con O puntos, 2 puntos, 4 puntos y 6 puntos respectivamente.

Esta encuesta fue pasada a todos nuestros alumnos y se estableció un grupo de control que coincidiera como el más estable en el centro.

Otra variable que consideramos importante que quedara reflejada fue el tanto por ciento que respondieron como poco o nada de acuerdo, en términos de machismo, en cada ítem, es decir la proporción de respuestas que puntúan cero o dos puntos en la construcción del índice de machismo

La edad media de este grupo control era de 23 años y el resultado de la aplicación de escala de valoración para el grupo control fue:

De los ítems que conformaban el cuestionario, el que estaba planteado como «por ser más paciente, la mujer está más preparada para el cuidado de de sus mayores» (n° 6) dio una puntuación alta en el índice de machismo.

Además es donde la proporción de respuestas «poco o nada de acuerdo» es más baja (60%)

La puntuación en este ítem también resultaba muy alta en el resto de los /as alumnos/ as no incluidos/as en el grupo de control. Y también se repetía la circunstancia de ser el ítem en donde la proporción de respuestas » poco o nada» era más baja.

La edad media de este grupo no designado como control era de 45 años y la variable edad no parecía influir en el resultado de la aplicación de la escala.

EVALUACIÓN

Construimos otra escala de valoración con los mismos ítems, pero los cambiamos de orden y alteramos su redacción, con ello pretendíamos pasar el mismo cuestionario pero que resultara inadvertido.

Este cuestionario (figura como anexo 2) lo pasamos al grupo control.

Este gráfico refleja el aumento o la disminución, en tanto por ciento, del índice machista con respecto a los resultados obtenidos en la primera aplicación de la escala, pasada antes de la charla y del concurso de carteles.

Se observa que en el ítem 6, que conservaba su lugar en la segunda escala, hay una reducción del 60% en el índice de machismo y aumentan los que contestan «poco o nada de acuerdo» hasta el 80%.

Por otra parte, es significativo el aumento, hasta un 80%, en el índice de machismo del ítem 4 «la madre es la encargada de controlar los estudios de hijos» y es preocupante que un 40% de los/as encuestados/as estén de acuerdo con este ítem en términos de «bastante o muy de acuerdo».

A nivel general la media aritmética en la primera aplicación da 41,40 puntos en el índice de machismo y en la segunda aplicación da 36,58, lo que supone una disminución media del 11,2%.

FICHAS DE TRABAJO

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Tema 3: Identificación y análisis del sexismo en publicidad

En los últimos años en España, hemos prosperado bastante en cuanto a materia de igualdad de género. Así pues disponemos de un nuevo marco legislativo que vela y respalda la lucha por dicha igualdad. A pesar de esto, en nuestras televisiones, seguimos viendo numerosos anuncios publicitarios que inculcan modelos machistas como el de la mujer dependiente, atractiva y objeto de deseo, así como responsable de las tareas del hogar y hábil en el cuidado de niños y ancianos. Por otro lado, esta publicidad contribuye también a mostrarnos al hombre como ser inteligente e independiente, torpe para la organización del hogar y responsable en el mando de la mujer.

Es por esta razón que se nos despierta la necesidad de elaborar una unidad didáctica con el objeto de hacer reflexionar a nuestros alumnos sobre el impacto de la publicidad, así como dotarles de unas herramientas básicas que les hagan capaces de valorar los anuncios desde una perspectiva crítica que les haga conscientes de los estereotipos que, de forma tan subliminal nos infunden y que por tanto pueden influir e incluso determinar nuestro comportamiento.

Por último cabe resaltar que esta unidad didáctica está en concordancia con la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género y de la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres.

Objetivos

1. Conocer cómo intervienen los medios de comunicación en la construcción de la identidad.

2. Aportar claves, instrumentos y conceptos que permitan reconocer las distintas situaciones de sexismo en Publicidad.

3.Rechazar las conductas violentas generadas por el sistema sexo-género que reproduce la publicidad.

4.Adquirir una actitud crítica frente a los mensajes publicitarios.

5.Fomentar valores de participación, solidaridad y tolerancia, implicando al alumnado con el principio de igualdad de oportunidades entre los sexos.

6.Valorar y respetar, como un principio esencial de nuestra Constitución, la igualdad de derechos y oportunidades de todas las personas, con independencia de su sexo, rechazando los estereotipos y cualquier discriminación.

Contenidos conceptuales, procedimentales y actitudinales

CONCEPTUALES

-El anuncio como mensaje.

-Soportes que utiliza la publicidad para transmitir estereotipos.

-Cualidades que se asignan a los sexos en la publicidad.

– Impacto que ejerce la sociedad de consumo sobre todo lo que nos rodea.

-Legislación vigente en materia de publicidad sexista.

-La presencia de prejuicios y situaciones sexistas en la publicidad, la prensa, la TV, Internet, etc.

PROCEDIMENTALES

-Interpretación del contenido explícito e implícito de mensajes publicitarios escritos y visuales.

Análisis y comprensión de los mensajes contradictorios lanzados desde los medios publicitarios.

-Elaboración y comprobación de que pueden diseñarse anuncios no «sexistas» y no discriminatorios.

-Descubrimiento de las diferentes impresiones/ sensaciones que producen en el alumnado los anuncios publicitarios analizando el porqué.

-Obtención de la información utilizando como fuente las actividades de la vida cotidiana.

-Desarrollo de las destrezas básicas en la utilización de las fuentes de información para, con sentido crítico, adquirir nuevos conocimientos.

ACTITUDINALES

-Valoración de los anuncios publicitarios de periódicos, revistas, …, como transmisores de información, motivadores de conducta, manipuladores de la realidad, …

-Interés por conocer los diferentes tipos de publicidad.

-Crítica razonada de las imágenes que aparecen en el mundo publicitario.

-Desarrollo de actitudes para el fomento de la igualdad, la no discriminación por razón de sexo y deconstrucción de los estereotipos sexistas.

-Conocer cómo intervienen los medios de comunicación en la construcción de la identidad.

-Aportar claves, instrumentos y conceptos que permitan reconocer las distintas situaciones de sexismo en la publicidad.

-Rechazar las conductas violentas generadas por el sistema sexo-género que reproduce la publicidad.

-Adquirir una actitud crítica frente a los mensajes publicitarios

-Fomentar valores de participación, solidaridad y tolerancia, implicando al alumnado con el principio de igualdad de oportunidades entre los sexos.

-Valorar y respetar, como un principio esencial de nuestra Constitución, la igualdad de derechos y oportunidades de todas las personas, con independencia de su sexo, rechazando los estereotipos y cualquier discriminación.

Metodología

Como principio básico en esta unidad didáctica nos hemos basado en la idea que el educador es un agente de cambio y necesita saber qué puede hacer con los medios de comunicación y la publicidad para influir en el cambio positivo del educando.

A la hora de llevar a cabo esta unidad di-fáctica partiremos de los conocimientos previos de nuestros alumnos/as para facilitar el seguimiento y conseguir al máximo posible un aprendizaje significativo. Para ello seguiremos las siguientes orientaciones metodológicas:

1. Partir de sus conocimientos previos para ir presentando de forma gradual los nuevos contenidos, es decir de los más sencillos a los más complejos y/o de aquellos que ya poseen a aquellos que nos hemos propuesto.

2 .Centrarnos en la observación como medio de impacto y reflexión personal.

3. Utilización de las experiencias de cada alumno/a para llegar a conclusiones más amplias y ricas.

4. Alternancia del trabajo individual y grupal.

5. Utilización de la disonancia cognitiva a través del contraste de imágenes y ejercicios prácticos con la finalidad de romper esquemas dañinos que puedan poseer.

6. Combinación de teoría y práctica con el objetivo de adquirir una buena base de conocimientos y saber utilizarlos y ponerlos en funcionamiento llegado el momento oportuno.

7. El proceso en que se ha diseñado esta unidad se basa en la presentación de contenidos teóricos que inciten debate y reflexión entre los alumnos en la clase para después plasmarlos en las actividades de aprendizaje y enseñanza.

Criterios de e valuación

-Describe alguno de los elementos característicos de los mensajes visuales presentes en los anuncios publicitarios.

-Identifica planteamientos de determinados anuncios que suponen una discriminación sexista.

-Emplea anuncios publicitarios como herramienta de trabajo.

-Rechaza conductas violentas generadas por la publicidad en cuanto a sexogénero.

-Respeta el principio de la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres y las leyes que lo amparan.

-Participa de forma constructiva (escucha, respeta las opiniones ajenas, llega a acuerdos, aporta opiniones razonadas), en situaciones de actividades grupales, respetando las normas que hacen posible el intercambio en estas situaciones.

La evaluación se llevará a cabo de forma continua a través del trabajo diario. Asimismo los alumnos y alumnas tendrán una encuesta personal que deberán responder y que les hará reflexionar sobre su nueva actitud sobre el sexismo.

Conceptos publicitarios (ficha 1)

Desde que nacemos, niñas y niños recibimos mensajes diferentes respecto a las normas de comportamiento, los gustos que se consideran propios de su sexo, perspectivas de cara al futuro, habilidades, prioridades en la vida… todo ello, en función de las expectativas que la sociedad tiene en relación a las mujeres y los hombres que la conforman.

El proceso a través del cual construimos y aprendemos lo que se considera femenino y masculino se denomina socialización diferenciada. A través de ésta los miembros de una colectividad aprenden los modelos culturales de la sociedad, los asimilan y los convierten en propias reglas personales de vida.

Existen diversos agentes de socialización que juegan un papel, de mayor o menor importancia, según las características peculiares de la sociedad, de la etapa en la vida del sujeto y de su posición en la estructura social.

Los agentes socializadores, entre los que se encuentran los medios de comunicación, tienen una influencia más o menos directa, explícita o indirecta en la formación de la personalidad.

LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Los medios de comunicación de masas son un conjunto de instrumentos que permiten la difusión de mensajes, escritos o audiovisuales, a una audiencia amplia y heterogénea. La finalidad de los mass media es la transmisión masiva de información.

Los medios de comunicación constituyen un medio de expresión y son un intermediario que traslada un mensaje a un grupo. La información que transmiten esos mass media siempre estará sesgada por el punto de vista que se adopte a la hora de trasladar el mensaje, dependiendo de la importancia que se le conceda a unos aspectos sobre otros.

En este sentido, los mass media determinan qué temas son importantes y cuáles no, repercutiendo en el conocimiento que se tiene acerca del mundo y de sus habitantes.

Así, influyen en la socialización de valores, normas, actitudes y opiniones; en la percepción de afectos, sentimientos y emociones; en los hábitos de consumo y tiempo libre, y en la transmisión y generación de deseos, conductas, necesidades, etc.

Entre los principales medios se encuentran la prensa escrita, la radio, el cine, la televisión y las redes informáticas (Internet, entre otros). Los medios de comunicación utilizan la publicidad como principal fuente de financiación.

Según la Ley General de Publicidad del año 1988, publicidad es «toda forma de comunicación realizada por una persona física o jurídica pública o privada, en el ejercicio de una actividad comercial, in¬dustrial, artesanal o profesional, con el fin de promover de forma directa o indirecta la contratación de bienes muebles o inmuebles, servicios, derechos y obligaciones».

La publicidad debe distinguirse de la propaganda ya que, aunque ambas se valen de los mismos medios y de las mismas técnicas para influir en el comportamiento de las personas, la publicidad persigue fines exclusivamente comerciales, mientras que la propaganda tiene fines ideológicos (políticos, sociales, religiosos, etc.).

La publicidad englobaría a los anuncios que aparecen en la televisión (spots), la prensa escrita (periódicos, revistas…), los «pop ups» en Internet, los carteles publicitarios que encontramos en la vía pública (vallas, marquesinas de autobuses…) el cine e incluso en los buzones.

Tal y como la conocemos en la actualidad, la publicidad nace en el siglo XIX y tiene como objetivo principal la venta de los productos o servicios que anuncia mediante la creación de una imagen o marca en la mente del público destinatario (los consumidores y las consumidoras). Para ello, no sólo intenta convencer de la utilidad de dichos productos, sino que pretende suscitar en nosotros y nosotras el deseo de tenerlos, es decir, crear la necesidad de poseerlos. Esto se consigue por-que, a través de ella, se logra asociar el objeto, marca o servicio, a diferentes valores sociales y culturales atractivos para las futuras compradoras o compradores.

Entre estos valores que crea la publicidad se pueden encontrar: bienestar, felicidad, triunfo, diversión y emociones fuertes. Así, utilizando una iconografía (colores, situación en el plano, formas…) y un de-terminado lenguaje, nos hace creer que al comprar un producto nos convertiremos en todo aquello que anuncia: triunfaremos, tendremos una aventura, seremos más atractivos o atractivas, nos divertiremos mucho, lograremos ser deseados y envidiados o deseadas y envidiadas.

Los valores asociados al producto, servicio o marca, están determinados por el tipo de público al que va dirigido el anuncio.

Los productos dirigidos a hombres pre-sentarán valores tradicionalmente asociados con la masculinidad (triunfo, emociones fuertes…), mientras que los anuncios dirigidos a mujeres suelen colocar a la figura femenina en el centro de la do-mesticia: la familia, el hogar, el universo sentimental, a través de lo que se plasman mensajes didácticos en torno al buen y al mal comportamiento. El rol asignado a las mujeres es el de madres e hijas dóciles, trabajadoras y abnegadas.

Por tanto, junto con los medios de comunicación, la publicidad juega un papel cada día más importante como instrumento capaz de estimular el consumo, pues su fin es incrementar la demanda de un de-terminado producto para obtener mayores beneficios, pero también actúa indirectamente como una vía de transmisión de conceptos, valores y actitudes sociales que interesa perpetuar.

ALGUNAS PISTAS PARA IDENTIFICAR ANUNCIOS QUE TRANSMITEN ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

1.Anuncios en los que las mujeres aparecen como seres dependientes tanto económicamente como en su capacidad decisoria.

2.Anuncios que transmiten la idea de que las tareas domésticas y cuidado de las personas dependientes son casi exclusivas de las mujeres.

3.Anuncios en los que las mujeres aparecen desempeñando profesiones o trabajos de menor relevancia social que los hombres, condicionando el triunfo profesional de las mujeres únicamente a su atractivo físico.

4.Anuncios que presentan a las mujeres con unas características de personalidad determinadas tópicamente femeninas.

La publicidad tiene una especial incidencia en la infancia. Muchos de los anuncios de juguetes son sexistas. Los niños y niñas que ven esos anuncios se están educando en un lenguaje sexista que se convierte en estereotipos difíciles de erradicar: ej. Niñas exclusivamente con Barbies, o niños con superhéroes. Habitualmente en los anuncios se utiliza el poder, la fuerza, la acción y la competencia como argumentos para niños. Sin embargo, la magia y la belleza son argumentos utilizados para las niñas.

Conceptos del sistema Sexo-género (fichas II-III)

EL SISTEMA SEXO-GÉNERO

La mayoría de los grupos humanos que conocemos se articulan, por lo que respecta al trabajo o medios de subsistencia, según una división y jerarquización de las tareas que se vinculan al sexo biológico.

Los hombres se convierten en cazadores, salen del entorno doméstico, a las mujeres se les asignan las tareas de cuidado y supervivencia, permanecen atendiendo lo estable, son agricultoras, atienden el ganado, el hogar, la prole.

Esta división jerárquica que no ha variado, en lo sustancial, desde el origen de la humanidad hasta nuestros días, puede re-vestir distintas formas y apariencias, pero lo sustantivo de esta situación, en general, permanece; así, los varones, mayoritaria-mente, han ocupado el espacio público (trabajo formal y la política) y las mujeres, en general, han permanecido en el ámbito de lo privado (actividades que se realizan en el círculo de lo íntimo: la maternidad, el cuidado de la casa, del progenitor y de los/as ascendientes y descendientes, y que posibilitan una amplia cobertura de servicios a los que se dedican al espacio público).

Se perfilan las actitudes personales y sociales deseables para cada uno de los sexos, vinculándolas estrechamente a las funciones que deben de desarrollar como personas en la sociedad: las mujeres en lo doméstico, los hombres en lo externo a la casa, entendida ésta en un sentido amplio.

No solamente se establecen las condiciones de cumplimiento del rol social, sino que además se jerarquizan los estereotipos de «hombre» y de «mujer», estableciéndose la subordinación de las mujeres a los hombres, tanto en lo colectivo, como en lo individual.

Este sistema que, simplificadamente, se acaba de exponer, que consiste en la vinculación de un hecho biológico a un comportamiento social e identitario pre-determinado, se le conoce como el sistema sexo-género.

Implica la construcción meramente cultural, por lo tanto cuestionable y transformable, de las maneras de ser y de estar para las mujeres y los hombres.

Determinados cambios en la sociedad propician que las mujeres adquieran más protagonismo social, apareciendo en la escena social el movimiento en pro del sufragio para las mujeres.

En el final del siglo XIX y, sobre todo, en el XX, el acceso de las mujeres al mercado de trabajo, la secularización paulatina de las conciencias, la extensión de sistemas de control de la natalidad, la generalización de la presencia de niñas en el sistema educativo, como elementos más determinantes, propician una crisis del modelo de sociedad, tan rígidamente instaurado, en el que las mujeres reproducen y los hombres producen. El movimiento político de las mujeres se inicia de una manera clara y ya no solo se pretende el acceso a la ciudadanía, formalizado en el derecho al voto, sino que, además, se proclama la necesidad, por un elemental principio de justicia social y de extensión de la democracia, de que las mujeres tengan un estatuto jurídico social en los mismo términos que los varones.

En España, por ejemplo, en los primeros años 50, las mujeres no pueden ser juezas, notarias y otras profesiones jurídicas; no está generalizada su presencia en la Universidad y tienen vedadas ciertas enseñanzas; en el caso de estar casadas, no tienen la libre disposición de sus bienes, ni pueden obtener pasaporte sin permiso marital, por poner algunos ejemplos entre otros muchos.

Esta situación social, tan injusta, que des-preciaba el aporte de las mujeres, es cuestionada por el movimiento asociativo de mujeres y algunos partidos políticos, y se inician, por parte de los poderes públicos, los primeros pasos de lo que, algún tiempo después, se concretará en las primeras políticas de igualdad, en un sentido formal.

No obstante esta normalización jurídica formal, la igualdad entre hombres y mujeres en el plano social, no se produjo espontáneamente y se siguieron constatando discriminaciones hacia la población femenina. Fundamentalmente, en lo relativo al mercado de trabajo y al sistema educativo, y en cuanto a la presencia de mujeres en los órganos de representación política, de cualquier nivel que fuera: local, autonómico, estatal, del sistema judicial, etc., sin olvidar la más fuerte discriminación que es la violencia contra las mujeres que, aún ahora, se sigue produciendo de manera constante.

LOS ESTEREOTIPOS

Los estereotipos si bien se deben en gran magnitud a los medios de comunicación, existen otros, que desde que nacemos nos son inculcados, que tenemos impresos en nuestra mente que ya son parte de nuestra realidad: los estereotipos de género.

Desde que nacemos y nuestras familias saben de nuestro sexo, inmediatamente comienzan a estereotiparnos: si el recién llegado es niña se le vestirá con ropas rosadas y su dormitorio se pintará con colores similares y sus repisas tendrán muñecas y peluches; si el bebé es varón se le vestirá con colores celestes y sus juguetes serán desde ese momento autos de juguete, legos, rompecabezas; éstos son los primeros rasgos diferenciadores que tendrán damas y varones a lo largo de toda su vida.

1) Estereotipos de la mujer

En nuestros tiempos la televisión juega un papel importantísimo en el estable-cimiento de estereotipos, especialmente de género (o sexo), ya que tiene el potencial de crear valores sociales y ejercer influencia en las personas porque ofrece definiciones, presenta modelos, y puede ser un exponente de cambios. Dentro de los múltiples estereotipos que nos ofrece está el de la mujer ideal que, a través de los anuncios         comerciales, muestra a una mujer feliz, espontánea, inteligente, respetable, socialmente aceptable, deseable e influyente. No contradicen lo que se les dice, es complaciente, servicial, atenta, etc. Físicamente es delgada, con el cuerpo perfecto y facciones clásicas, bella. Por consiguiente, esta imagen de la mujer ideal ha sido de gran impacto, ya que ha aumentado la insatisfacción de una gran mayoría de mujeres por su cuerpo.

Las mujeres más jóvenes aparecen como objeto sexual en el que aplica todo lo mencionado en el párrafo anterior. Las mujeres adultas aparecen en los anuncios como ama de casa, madre, trabajadora, sabia (con respecto a los asuntos delgar), paciente, bonita, etc. De esta forma los estereotipos que existen sobre la mujer son trasmitidos día a día por televisión y se encargan de acentuar unos rasgos negativos que no representan lo que es el género femenino, excepto en la mente de los varones que perpetúan como algo natural esos estereotipos. Ejemplo de esto son los comerciales de detergentes, comida y otros artículos de uso familiar los cuales presentan a la mujer como la típica ama de casa, débil, indefensa, dependiente (de un hombre), delicada y sensible. Por su parte los vendedores de bebidas alcohólicas y cigarrillo, por ejemplo, utilizan la imagen de la mujer bella, delgada, eternamente joven, seductora, y tonta, la cual aparenta no tener un cerebro propio. Además, otra imagen muy utilizada es la de la mujer vana y consumidora, la cual compra por comprar y esto le brinda una satisfacción ilimitada. Esta imagen es muy utilizada por los vendedores de productos de belleza y los dueños de centros comerciales.

Es importante aclarar que todas estas características son falsas representaciones de lo que es una mujer, pero lamentablemente la mayoría de las mujeres aceptan esta imagen que dada mediante los medios de comunicación como la imagen que deben proyectar. Creen firmemente que estas imágenes reflejan los estándares de la sociedad respecto a lo que es o debe ser la mujer ideal. Lo peor de esta situación es que debido a la gran importancia que le dan a cumplir con las exigencias del molde perfecto ya establecido, su autoestima se ve en ocasiones seriamente afectada al comparar su verdadera imagen con la imagen idealizada proyectada por los comerciales y al darse cuenta de la gran diferencia existente. Para esta mujer los medios de comunicación son la raíz de la inconformidad e inseguridad experimentadas en su vida.

Por otro lado está la mujer inteligente, fuerte, capaz y segura de sí misma que se revela contra estos estereotipos y no permite que los medios de comunicación afecten su autoestima, ni confianza en sí misma. Este tipo de mujer está conforme y satisfecha con lo que es y no siente la necesidad ni la presión de entrar en el molde perfecto.

2) El hombre y los estereotipos

El hombre admite la imagen de la mujer proyectada en los medios de comunicación como una imagen verdadera, y mezcla los distintos roles presentados hasta generar sus expectativas sobre lo que debe ser la mujer ideal. Estas expectativas son unos de los factores que generalmente son la causa de la frustración experimentada por los hombres al comparar a las mujeres a su alrededor ya sea madre, amiga o pareja con las mujeres presentadas en los comerciales y darse cuenta que no cumplen con las expectativas que ellos mediante los medios de comunicación formaron previamente. Los hombres creen que de esta manera tienen derecho a presionar a las mujeres a que alcancen ese modelo perfecto.

Esta imagen dada de la mujer por los me-dios de comunicación logra en muchos casos acrecentar el machismo en los hombres presentando a la mujer como un adorno, o sea, la deja en una posición de permanente subordinación a lo que su hombre es o hace, además de presentarla como un ser humano débil, dependiente e indefensa.

La imagen de la mujer seductora bella y tonta puede lograr que los hombres no valoren a la mujer y que la vean solamente como un objeto sexual, distorsionando así el potencial de la mujer como ser humano.

LOS ROLES

Los roles hacen referencia a los papeles, funciones y expectativas diferentes que socialmente se adjudican a mujeres y hombres; mientras al rol femenino se le ha conferido primordialmente el espacio doméstico, lo reproductivo, los hombres se han reservado para sí el desempeño de aquellas tareas más importantes para el funcionamiento social, especialmente en la medida en que éstas implican el control sobre los demás aspectos de la dinámica social.

Las características propias de cada sexo que encontramos en las expectativas y prescripciones sociales son: los hombres son más inteligentes, fuertes, hábiles y ágiles que las mujeres; están interesados en valores teóricos, económicos y políticos, mientras que las mujeres lo están en valores estéticos, sociales y religiosos; la personalidad del hombre posee como rasgos la independencia, dominancia, motivación por el éxito e inexpresividad, y de la mujer, la dependencia, afectividad y expresividad; el hombre tienen una sexualidad poderosa y activa, mientras que en la mujer el desarrollo de ésta es mínimo y tiene un carácter marcadamente pasivo.

Los roles son asumidos de forma inconsciente y llevan aparejados una serie de tareas que se supone hay que cumplir.

La publicidad atribuye roles que mantienen al hombre en el espacio público y a las mujeres vinculadas al espacio doméstico, el cuidado del hogar y el procurar del bienestar de la familia.

Sexismo/Feminismo/Machismo

SEXISMO

Se llama sexismo a la discriminación de personas de un sexo por considerarlo inferior al otro. El sexismo hace referencia al conjunto de todas y cada una de las costumbres empleadas en el seno del patriarcado, entendido este último como la manifestación y la institucionalización del dominio masculino sobre las mujeres, por el cual se conceden privilegios o se practica discriminación contra una persona por razón de sexo, sin atender a otras consideraciones como su trabajo o sus aptitudes.

MACHISMO

El machismo es el conjunto de actitudes y prácticas sexistas vejatorias u ofensivas llevadas a cabo contra las mujeres.

El machismo engloba el conjunto de actitudes, conductas, prácticas sociales y creencias destinadas a justificar y promover el mantenimiento de actitudes discriminatorias contra las mujeres. Algunos críticos consideran también machismo la discriminación contra hombres cuyo comportamiento, por ejemplo por tener una preferencia sexual homosexual, no es adecuadamente «masculino» a los ojos de la persona machista.

Formas de machismo

Tradicionalmente el machismo ha estado asociado a la diferenciación de tareas entre hombres y mujeres, y a la subordinación de las mujeres en muchas sociedades. En todas las sociedades que han existido, los hombres en general han tenido mayor poder y estatus que las mujeres. En las sociedades modernas, las actitudes machistas tratan de justificar la mayor comodidad, preponderancia y bienestar de los hombres.

En ese sentido, se considera que es fruto del machismo que el trabajo más reconocido o menos fatigoso sea asignado a los hombres. También es parte del machismo el uso de cualquier tipo de violencia de género con el fin de mantener un control emocional o jerárquico sobre las mujeres. De hecho, el machismo es considerado como una forma de coacción no necesariamente física, sino también psicológica, siendo esta forma de expresión protectora una discriminación, ya que se ven subestimadas las capacidades de las mujeres alegando una mayor debilidad.

CAUSAS DEL MACHISMO

El machismo ha sido un elemento de control social y explotación sexista en muchas culturas. Algunos factores mencionados y que podrían ser causa de su continuidad serían:

Leyes discriminatorias hacia la mujer.

Diferencia de tratamiento en el caso del adulterio: en algunas culturas, el adulterio, o el embarazo previo a la concertación del matrimonio son castigadas con la pena capital.

Necesidad del permiso del varón para realizar actividades económicas.

o Negación del derecho a voto o de otros derechos civiles.

Educación machista desde las escuelas y la propia familia, por el cual el proceso de enculturación trata de justificar y continuar el orden social existente. Eso incluye consideración de valores positivos la sumisión al marido, el matrimonio y la procreación como una forma preferente de autorrealización.

Discriminación en el ámbito religioso, en países de predominio musulmán, en el cristianismo, en los ortodoxos judíos, en el hinduismo, etc. La Biblia contiene expresiones que son consideradas por algunas corrientes como machistas, por ejemplo, «la esposa de Noé», «las hijas de Lot», «la suegra de Pedro», las cuales son interpretadas como un indicio de posesión, lo cual se acentúa al no mencionar el nombre de estas mujeres del Antiguo Testamento. Otro ejemplo en el Nuevo Testamento es la expresión en la primera epístola de Pablo a los Corintios 14:34 que dice: «Vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar».

División sexista del trabajo, por el cual se prefieren a otros hombres en puestos decisorios. Originalmente la división sexista se fundamentó en la diferente capacidad física y muscular, en la que los hombres tenían ventaja comparativa; En cambio, en la sociedad actual la fuerza física perdió importancia, mientras que las capacidades intelectivas y las habilidades sociales fueron ganándola, lo que ha contribuido a la incorporación de muchas mujeres al trabajo asalariado. También se refiere a un pago de salario menor a las mujeres que a los hombres a cambio del mismo trabajo. El comportamiento sexista se debe a los prejuicios cognitivos de efecto Halo respecto a la fuerza, efecto de carro ganador, y a otros efectos como falsa vivencia por parte de los que quieren mantenerlo, que más tarde se convierten en falacias de apelar a la tradición, falacia por asociación y generalizaciones apresuradas.

Los medios de comunicación y la publicidad sexista, al realzar ciertas conductas o modelos como más adecuados o propios de las mujeres.

Inseguridad: Este es un elemento a considerar. Algunos psicólogos han mencionado que si el hombre o mujer tienen baja seguridad personal pueden sentirse estafados pueden reaccionar violentamente ante situaciones que consideran amenazadoras.

FEMINISMO

El feminismo es un movimiento ideológico y político que aspira a una igualdad de los derechos de las mujeres con los de los hombres. Para ello elabora un conjunto de teorías sociales y ejecuta diversas prácticas políticas en abierta crítica de relaciones sociales históricas, pasadas y presentes, teniendo en cuenta la experiencia femenina. La variedad y heterogeneidad de estas teorías y prácticas es tal que a la hora de analizarlas es más común hablar de feminismos, en plural. En general, los feminismos realizan una crítica a la desigualdad social de las mujeres frente a los varones, y reclaman la eliminación del sentimiento de inferioridad con respecto al hombre. Las teorías feministas cuestionan la relación entre sexo, sexualidad y el poder social, político y económico.

A pesar de que muchas personas líderes feministas han sido mujeres, no todas las mujeres son feministas ni todas las personas feministas son mujeres. Algunas feministas consideran que los hombres no deberían tomar posiciones de liderazgo dentro del movimiento, pero la mayoría aceptan el apoyo de los varones.

El feminismo como movimiento social ha sido principalmente visibilizado como un movimiento de las sociedades occidentales en el siglo XX, si bien sus raíces vienen de mucho antes. Se crea a partir de la conciencia acerca de las desigualdades causadas por los géneros y de la búsqueda de la justicia social. Existen diversas formas del feminismo, como teoría, como práctica, como conciencia, como movimiento social internacional, nacional y local.

El movimiento feminista promueve los derechos de las mujeres, el acceso a la educación y al empleo, la posesión del propio cuerpo, el reconocimiento y atención a las víctimas de la violencia de género…, sin embargo el término feminismo tiende a estar mal considerado ya que es calificado como homólogo de machismo, cuando en realidad el vocablo equiparable a machismo sería el de hembrismo, definido como el conjunto de actitudes que consideran a las mujeres superiores a los hombres y, por el contrario, el equivalente a feminismo sería el movimiento de las nuevas masculinidades, movimiento de hombres que abogan por inventar una nueva masculinidad que establezca relaciones solidarias basadas en la cooperación, la proximidad, el pacifismo y la igualdad.

¿Qué características puede presentar un anuncio sexista?

De forma general, los anuncios sexistas son aquellos que:

1. Utilizan un lenguaje en el que las mujeres no aparecen explicitadas y quedan invisibilizadas bajo el falso genérico masculino, como hombre, hijo, los, chicos, niño, etc., o también los que se dirigen en femenino exclusivamente a las mujeres, aunque el producto o el mensaje puede ser tanto para hombres como para mujeres.

2. Cuyos mensajes, no sólo excluyen sino que muchas veces agreden a las mujeres. En este sentido, son totalmente sexistas eslóganes como:»es cosa de hombres»,»con las endrinas bien puestas».

3. En los que las mujeres son tratadas como seres dependientes con respecto a los hombres: los hombres toman las decisiones.

4. Transmiten la idea de que las mujeres no trabajan y son mantenidas por sus padres, novios o maridos.

5. Identifican a las mujeres como madres o amas de casa solamente.

6. Transmiten la idea de que las tareas domésticas (limpieza, cocina, cuidado de personas) son tareas casi exclusivas de las mujeres y que su realización satisfactoria es la que hace que sean valoradas socialmente.

7. Que parodian y/o niegan el trabajo que las mujeres realizan en el hogar.

8. En los que las imágenes que se transmiten son solo las de las mujeres «femeninas», «dulces» y «cariñosas» cuyo objetivo vital es crear un ambiente agradable en el hogar; al igual que los anuncios en los que las mujeres aparecen como pesadas, envidiosas, mandonas o cotillas (cualidades y defectos que aparecen como exclusivos de las mujeres).

9. En los que las mujeres y hombres aparecen como meros objetos eróticos y sexuales, en la medida en que dosifican a las personas.

LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

En relación con los estereotipos de género, Pérez Valverde (2003, 2004) ha analizado los géneros a través de los cuales se ven apoyadas las instituciones y la ideología nacional, y que contribuirán en gran medida a formar el ideal de masculinidad heroica, que asociará al género masculino con la fuerza física y la valentía. Las historias de guerras, de corte imperialista, refuerzan el ideal patriótico del caballero o el oficial. Los chicos y los hombres se asocian con la acción, la política y la historia.

La figura femenina suele colocarse en el centro de la domesticidad: la familia, el hogar, el universo sentimental, a través de lo que se plasman mensajes didácticos en torno al buen y al mal comportamiento. El rol asignado a las mujeres es el de madres e hijas dóciles, trabajadoras y abnegadas (Pérez Valverde, 1.998).

INDICADORES PARA DETECTAR EL SEXISMO EN LA PUBLICIDAD

LENGUAJE SEXISTA

1 . Cuando la mención a las mujeres no parece explicitada en el anuncio publicitario y quedan ocultas bajo el falso genérico masculino.

2.Anuncios dirigidos exclusivamente en femenino a las mujeres, aunque el pro-ducto o mensaje pueda ir dirigido tanto a hombres como a mujeres.

3.Utilización de términos cuyo contenido semántico sea discriminatorio cuando se utiliza en femenino.

AGRESIÓN CONTRA LA DIGNIDAD FEMENINA

1 . Publicidad con claras connotaciones machistas.

2. Publicidad manifestada en imágenes, donde se utiliza el cuerpo femenino de modo que se priorizan los atributos físicos sobre los intelectuales.

3. Anuncios en que se utiliza el cuerpo humano de la mujer y del hombre como mero objeto erótico o sexual para promocionar productos que nada tienen que ver con la imagen mostrada.

ROLES Y ESTEREOTIPOS DE GÉNERO

1 . Anuncios en los que las mujeres aparecen como seres dependientes tanto económicamente como en su capacidad decisoria.

2. Anuncios que transmiten la idea de que las tareas domésticas y cuidado de las personas dependientes son casi exclusivas de las mujeres.

3. Anuncios en los que las mujeres aparecen desempeñando profesiones o trabajos de menor relevancia social que los hombres, condicionando el triunfo profesional de las mujeres únicamente a su atractivo físico.

4. Anuncios que presentan mujeres con unas características de personalidad determinadas tópicamente femeninas.

La publicidad tiene una especial incidencia en la infancia. Muchos de los anuncios de juguetes son sexistas. Los niños y niñas que ven esos anuncios se están educando en un lenguaje sexista que se convierte en estereotipos difíciles de erradicar: ej. Niñas exclusivamente con Barbis, o niños con superhéroes. Habitualmente en los anuncios se utiliza el poder, la fuerza, la acción y la competencia como argumentos para niños. Sin embargo, la magia y la belleza son argumentos utilizados para las niñas.

Por tanto a modo de conclusión las características más comunes en los anuncios sexistas son:

BELLEZA

Las mujeres son reducidas a objeto de adorno usado como reclamo para las ventas. Se presenta un ideal de cuerpo femenino de acuerdo con unos criterios muy alejados de los cuerpos reales de la mayoría de la población.

SEXUALIDAD

Se trata a las mujeres como meros objetos sexuales, como un producto de fácil acceso. Se insinúan o se utilizan abiertamente las relaciones sexuales como reclamo para vender productos destinados, en especial, al público masculino.

ROLES MASCULINO Y FEMENINO

Las mujeres se mueven habitualmente en los espacios domésticos, representando a amas de casa realizando tareas del hogar o cuidando a la familia. Los hombres, sin embargo, no suelen aparecer en estas situaciones. Por el contrario, en el ámbito laboral, las mujeres nunca se ven ocupando puestos laborales de dirección o de poder asociados al prestigio social.

DEPENDENCIA .

Las mujeres aparecen como personas pacíficas, cálidas, sumisas, dulces, frágiles, sensibles, pasivas; mientras que los hombres son fuertes, activos, rápidos, independientes, agresivos, responsables, inteligentes y decididos.

Los estereotipos que presentan los anuncios sexistas utilizan el cuerpo de las mujeres como reclamo publicitario, como mero objeto sexual, de fácil acceso y disponibilidad, unido a la idea de sumisión y sometimiento, cuya forma más extrema es como víctima de la violencia.

FICHAS DE TRABAJO:

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Tema 2: El currículo oculto

Los centros educativos actúan e influyen de diferentes formas en el alumnado. Una de ellas está lógicamente establecida en el currículum explícito, en el conjunto de actividades, contenidos y objetivos que intencionalmente se propone desarrollar para conseguir unos fines. Otra forma es el currículum oculto, es decir, el conjunto de influencias que no está explicitado, que no es patente, que no es abiertamente intencional y que, por ese mismo hecho, encierra una peculiar potencialidad.

Podríamos definir el currículum oculto como el conjunto de normas, actitudes, expectativas, creencias y prácticas que se instala de forma inconsciente en las estructuras y el funcionamiento de las instituciones y en el establecimiento y desarrollo de la cultura hegemónico de las mismas. No es fruto de una planificación «conspirativa» del colectivo docente.

Pero lo que es importante señalar es que, normalmente, da como resultado una re-producción de las principales dimensiones y peculiaridades de nuestra sociedad.

El currículum oculto está arraigado en diferentes elementos de la práctica y de la estructura escolar, a saber: Estructuras, rituales, normas, creencias, escenarios, lenguajes, relaciones, expectativas, rutinas, valores, materiales, comportamientos, actitudes, mitos, etc. y presenta tres características fundamentales que le confieren una especial capacidad de incidencia:

-Actúa de forma subrepticia, de modo invisible, por eso es difícil detectar sus influencias y sus repercusiones.

-Influye de manera persistente, ya que al estar presente en todos los elementos y acciones de la organización ejerce una influencia continua.

-Tiene carácter omnipresente ya que está instalado en todas las vertientes (estáticas y dinámicas) del centro educativo.

Los efectos que genera el currículum oculto sobre la discriminación por el sexo son, a veces, muy sutiles, por eso hace falta prestar una atención especial para detectarlos. Otros tienen un carácter burdo y tan insultante que es difícil explicarse cómo pueden mantenerse en una sociedad democrática y en una institución que se autocalifica de educadora.

Podemos destacar algunas de las facetas del currículo oculto en los centros educativos en lo relativo a la transmisión de los estereotipos sexistas.

-Se universaliza el modelo masculino, invitando a que participen las mujeres en él. Aunque los centros reciban a mujeres y hombres para que sigan un currículum idéntico, lo cierto es que las instituciones escolares tienen una configuración masculina.

-Los contenidos de las diversas disciplinas, los ejemplos que plantean los libros de texto, las imágenes que reproducen, ofrecen una concepción del mundo y de las personas desde la perspectiva androcéntrica.

-Las tareas que asignan los libros a hombres y mujeres, las representaciones icónicas, los ejemplos en los que aparecen actuaciones, los papeles que unos y otras desempeñan, la situación dentro y fuera del hogar, son algunos de los indicadores a través de los cuales se muestran los estereotipos de género.

-En lo que se refiere al estereotipo social, podríamos decir que la mujer tiene menor protagonismo, está muy presente en las tareas de la casa y el cuidado de los hijos, tiene participación en las actividades de tiempo libre y tiene un importante papel como objeto de consumo erótico.

En cuanto al estereotipo psicológico, la mujer presenta estados de alegría y tristeza, muestra actitudes de diálogo, dependencia y receptividad, se presenta como un ser débil y coqueto que desea agradar al hombre.

-La historia, en general, y la de la ciencia, en particular, en todas sus vertientes así como la tecnología se presenta protagonizada por hombres, los ejemplos reproducen los estereotipos masculinos, la escala de iconicidad muestra a varones con mujeres subordinadas, los cuentos tienen protagonistas positivos de sexo masculino, etc.

-Una forma de configurar el género se basa en las expectativas que el profesorado siente y manifiesta respecto a los sexos. Cuando se dice al alumnado que van a ser capaces de conseguir unas metas, que deben esforzarse en alcanzar unos logros, que se espera de ellos un determinado esfuerzo, se vuelcan en esas expectativas estereotipos de género que condicionan el desarrollo posterior. Los niños y las niñas interiorizan las aspiraciones ex-ternas de sus maestros y maestras y las convierten en propias.

-La configuración y el uso de los escenarios no son inocentes. Todo tiene un significado, frecuentemente oculto bajo la superficie de la rutina y de la inocencia. Los espacios reproducen los patrones de comportamiento sexista como ejemplo basta mencionar los espacios deportivos: los campos de deporte están reservados a juegos de niños (fútbol casi siempre) mientras las niñas conversan en lugares apartados.

-Frecuentemente se alude a las excepciones que pretenden romper una regla social. Se dice que si algunas mujeres llegan, todas pueden llegar. Este fenómeno tiene lugar en la sociedad, en la familia y en la escuela. El hecho de que haya mujeres ministras, mujeres directoras de escuela o alumnas que llegan a conseguir las mejores calificaciones, no significa que todas puedan hacerlo con la misma facilidad y, sobre todo, con la misma facilidad que lo pueden conseguir los hombres. Porque el problema reside en la falta de igualdad de oportunidades con las que unos y otras cuentan.

-La escuela es una organización ritualizada. En su cultura se instalan muchas formas de actuación que la rutina convierte en ritos. Las formas de saludo son diferentes. Se repiten en el caso de las mujeres, expresiones alusivas a su belleza, a su vestido, a su corte de pelo; en el caso de los varones se utilizan otro tipo de claves: notas obtenidas, victoria o derrota de su equipo favorito. Las canciones, los juegos, los refranes, los chistes, etc. reproducen pautas sexistas de forma velada e inconsciente. Es el caballero valiente el que salva a la hermosa dama, es el príncipe poderoso el que despierta a la bella durmiente es el hombre fuerte el que protege a la mujer débil. Impregnándolo todo está el lenguaje, como un clima omnipresente. No sólo la gramática y la sintaxis,  también el diccionario ha sido hecho por hombres.

-La forma de actuar del profesorado es un elemento esencial del currículum oculto. El discurso teórico entra, a veces, en contradicción con las prácticas cotidianas. Y son éstas las que tienen una mayor carga de influencias. Por eso resulta muy negativo que se encarnen comportamientos contraproducentes en la vida cotidiana: Bromas hirientes sobre la mujer, actitudes sexistas en la comunicación, reiteración de los estereotipos en las actividades… La disciplina está concebida como un problema para las profesoras, ya que -se las considera más «blandas» que los profesores. Estos estereotipos se transmiten al alumnado.

-El hecho de que en muchas ocasiones haya más varones en los equipos directivos, más profesorado femenino en las aulas de menor nivel académico, «señoras de la limpieza» encargadas de menesteres de rango menor…, ofrece al alumnado unas imágenes y unos modelos de género que influyen en sus expectativas y en sus actitudes.

El lenguaje como elemento discriminatorio

El primer elemento que debemos tener en cuenta es el lenguaje. La primera función del lenguaje es la de ser un medio de comunicación que permite expresar lo que pensamos y sentimos a otras personas.

El lenguaje, como producto social, transmite al ser humano las experiencias acumuladas de generaciones anteriores, condicionando, de este modo, nuestro pensamiento y condicionando, cuando no determinando, nuestra visión del mundo.

Los prejuicios sexistas que el lenguaje puede transmitir son el reflejo del papel social atribuido a las mujeres durante generaciones. A pesar de que el papel de éstas en la sociedad ha experimentado profundas transformaciones, los mensajes que la lengua continúa transmitiendo sobre ellas refuerzan, en muchas ocasiones su papel tradicional, dando una imagen de la mujer relacionada con el sexo, en vez de con sus capacidades y aptitudes inherentes como ser humano.

Cierto es que las frases y las imágenes de los estereotipos sexuales más criticados han ido desapareciendo, al hacerse demasiado evidente su arcaísmo, ejemplo como «mi mamá me mima» o «mi papá me pega», no tienen cabida en nuestros manuales de estudio o de trabajo. Sin embargo todavía hoy muchos de los textos utilizados mantienen un sesgo sexista importante; de los personajes nombrados en ellos las mujeres representan un porcentaje muy inferior al de los hombres tanto en su inclusión en imágenes como en su referencia a profesiones y aún en estas aparecen en aquellas profesiones tradicionalmente femeninas (peluqueras, enfermeras, maestras, secretarias…) Los libros utilizados para el aprendizaje legitiman, gracias al poder de la palabra escrita y de la imagen los modelos a seguir. Cambiar el lenguaje no va a cambiar por sí solo la realidad, pero es un paso hacia el desarrollo de modelos de socialización no discriminatorios.

El objetivo de este trabajo no es otro que intentar hacer visible tanto a las mujeres como a los hombres en el uso diario del lenguaje en el aula. Las denominadas asignaturas de «ciencias» (matemáticas, física, química, tecnología…) han sido blanco habitual de las críticas por invisibilizar a la mujer tanto en su función de científica como en su presencia en los enunciados (situaciones que se repiten también en las llamadas asignaturas de «letras»). Los problemas y actividades que planteemos en nuestros manuales deben recoger la presencia de unas y otros, tanto a nivel de lenguaje escrito como de expresiones gráficas, en el desarrollo de funciones normales de la vida cotidiana igualitaria, donde las profesiones y las tareas no van ligadas al sexo; así encontraremos mujeres y hombres en gabinetes de arquitectura, en el supermercado, en el taller mecánico, en el desarrollo de tareas domésticas o en el cuidado de personas mayores.

Nuestro lenguaje es suficientemente rico como para evitar exclusiones y todo ello sin alterar las reglas de la gramática. No obstante, debemos comprender que la lengua debe ser un sistema abierto en el que se vayan introduciendo las modificaciones convenientes destinadas a satisfacer las necesidades de las personas que la utilizan en cada momento. La lengua es un cuerpo vivo en evolución constante. La capacidad de renovación de la lengua, del sistema de comunicación del ser humano, ha de entenderse como un síntoma de su capacidad de representación, y no como una debilidad. El cambio está inscrito en la naturaleza misma del lenguaje: una lengua que no evoluciona acaba por perecer.

LOS ENUNCIADOS DE LAS ACTIVIDADES Y PROBLEMAS EN LOS DISTINTOS CAMPOS DE CONOCIMIENTO

La utilización de las voces masculinas en un sentido genérico es un elemento sobre el que se viene trabajando para ofrecer nuevas fórmulas de uso o he-rramientas prácticas alternativas, por las consecuencias e implicaciones que tienen en el desarrollo social de las mujeres:

– Otorga al masculino la cualidad de universal, convirtiendo a lo femenino en diferente o excepcional.

-Refuerza la presencia del género/sexo masculino y la no existencia del género/sexo femenino. (Ficha I)

-Provoca ambigüedad y que las mujeres ocupen un lugar provisional en la lengua.

-Crea imágenes mentales masculinas (Ficha I)

El tratamiento igualitario del lenguaje, está siendo en los últimos tiempos objeto de crítica debido a la costumbre de utilizar mayoritariamente las barras, los guiones y las arrobas. Esto genera el argumento de «falta de economía» que esta práctica supone en el trabajo diario. Como veremos a continuación existen otras herramientas que ya están siendo utilizadas y que son alternativas que ofrece la propia gramática.

Cualquier docente puede construir y diseñar problemas y actividades en estos campos adaptados a sus conocimientos y habilidades, pero ¿cómo hacerlo utilizando un lenguaje igualitario?

A continuación puedes encontrar una serie de recomendaciones para conseguirlo:

1.- Utilización del verbo en la primera persona del singular: esto hace cada persona que lee el enunciado pase a ser protagonista del mismo, independientemente de su sexo: «Esta mañana he ido a trabajar a la fábrica…»

2.- Uso del verbo en su forma impersonal:

En vez de: Los comerciantes han comprado mercancías por valor…» Utilizar:»Se han comprado mercancías por valor de…»

3- Utilización de términos que incluyan a mujeres y hombres: alum-nado, profesorado, población, personas…

En vez de:»El número de desempleados este año ha aumentado…»

Utilizar: «El número de personas desempleadas este año ha aumentado…

4.-Empleo de oraciones en relativo con «quien(es)» En vez de:»El 25% de los consumidores de este producto…» Utilizar:»El 25% de quienes consumen este producto…»

5.-Utilización de sustantivos metonímicos: cargos, profesiones…

En vez de: «En este colegio el cargo de jefe de estudios está ocupado por…»

Utilizar:»En este colegio la jefatura de estudios está ocupada por…»

6.-Uso de términos neutros que se caracterizan por englobar a mujeres y hombres si no van precedidos de artículo.

En vez de:»El éxito de este trabajo se debe a los profesionales experimentados…»

Utilizar: «El éxito de este trabajo se debe a profesionales con experiencia…»

7.-Uso de la barra y el guión: no es aconsejable su utilización más que en aquellos casos en los que el espacio esté limitado (impresos, formularios…)

8.-Utilización de la arroba: dado que la arroba no tiene sonido y por lo tanto resulta imposible su lectura, su uso debe ser muy limitado y emplearse tan sólo como modo de llamar la atención en dibujos o gráficos.

Además de las anteriores recomendaciones gramaticales es necesario tener en cuenta otras consideraciones:

•Cuando se nombra a mujeres y hombres, intentar cambiar el orden jerárquico que antepone siempre a los hombres.

•Incluir información sobre la presencia femenina: al igual que en muchos ejercicios aparecen citados grandes científicos e inventores hacer visible también la existencia de grandes científicas, escritoras e inventoras, la presencia de la mujer en cifras, datos, etc. (Fichas II – III)

•No utilizar asociaciones verbales que minoricen a las mujeres (infancia y mujer)

•Utilizar las profesiones en femenino para visibilizar su existencia y reconocer su presencia.

•Realizar los tratamientos de forma similar, evitando el uso de «señorita» que sugiere que las mujeres no tienen personalidad por sí mismas sino que adquieren la categoría de «señoras» en función de su estado civil.

HACIA UN TRATAMIENTO IGUALITARIO DE LAS IMÁGENES

Los problemas y las actividades de las diversas áreas no se reducen, en ocasiones, sólo a la expresión del enunciado, sino que van acompañados de una imagen (dibujo, fotografía…) que transmite o refuerza los estereotipos que tradicionalmente han sido asumidos por ambos sexos durante siglos.

Es por lo tanto necesario incidir en la importancia de las imágenes para conseguir un tratamiento igualitario en el conjunto del trabajo. Para ello debemos tener en cuenta a la hora de incorporar imágenes que:

1.- Mujeres y hombres somos capaces de realizar los mismos trabajos por lo que es necesario presentar a ambos en una gran diversidad de papeles, evitando las representaciones tradicionales.

2.-Debemos mostrar a mujeres y hombres en entornos sociales, laborales y de ocio en los que tradicionalmente han estado ausentes.

3.-Hay que valorar también la presencia de hombres y mujeres con diferentes características físicas, étnicas y socioeconómicas para representar a una sociedad de forma real.

4.-Mujeres y hombres debemos aparecer en el mismo plano y con idéntico tamaño.

5.-Debemos evitar el uso de procedimientos visuales que desvíen la atención hacia los hombres (colores, angulaciones, etc.)

6.-Las relaciones que las imágenes presenten entre unos y otras deben plasmar igualdad en los puestos de trabajo, cooperación y solidaridad.

7.-Las imágenes deben mostrar a las mujeres en ámbitos de representatividad y toma de decisiones, no sólo vinculadas o dependientes de los hombres.

SUGERENCIAS PARA UN TRABAJO MULTIDISCPLINAR

•Elección de uno de los campos de conocimiento: búsqueda de científicas, escritoras, artistas, relacionadas con el mismo. Uso de la biblioteca y de las nuevas tecnologías.

•Realizar una breve biografía de las seleccionadas que incluya los hechos por los que destacó y los problemas a los que tuvo que enfrentarse como mujer para el desarrollo de esa actividad.

•Situarla en su contexto histórico.

•Realizar un breve análisis social y cultural de la época.

•Investigar si en esa época otras mujeres destacaron en otras ciencias o en otras artes: literatura, pintura, dibujo, música…Contrastar si las dificultades de unas y otras fueron similares o existían diferencias.

•Realizar por escrito una valoración tanto de su trabajo, como de su situación, teniendo en cuenta sus posibilidades y el contexto en el que vivieron.

•Investigar su presencia en distintos manuales educativos y compararla con la presencia de otros científicos varones coetáneos.

Recomendaciones para el profesorado: la puesta en práctica de las actividades.

Una vez diseñados los ejercicios y actividades hay que llevarlos a la práctica. Dado que las situaciones actuales en que se produce la convivencia siguen perpetuando las prácticas sexistas es necesario introducir algunos elementos correctores para evitar cualquier discriminación por motivo de género:

-No hablar en masculino y nombrar también a las mujeres cuando hay que dirigirse al grupo.

-Considerar que las opiniones de las mujeres, sus aciertos y despropósitos, son tan importantes como los de cualquier hombre.

-Reforzar los comportamientos positivos de ellas y colaborar a través de ellos a su autoestima.

-No permitir a los varones la ridiculización o ironía de algunos comportamientos comunes femeninos.

-Frenar el protagonismo de los hombres cuando acaparan el debate, una asamblea o cuando sólo admiten participar en una actividad si la dirigen ellos.

-Corregir con energía los continuos comentarios despectivos que hacen de las mujeres y plantearlos a debate público.

-Valorar en los varones cualidades mal consideradas femeninas.

-Resaltar la capacidad estética de los hombres, su gusto en el vestir, su cuidado de la belleza.

-Reconocer la capacidad de iniciativa masculina como un valor positivo también para ellas, etc.

Es frecuente que, cuando se pregunta al profesorado si trata igual al alumnado masculino que al femenino, responda afirmativamente. Es también frecuente que, cuando se analiza a través de una observación rigurosa la práctica, los hechos digan algo muy distinto.

Utilizar una perspectiva de género en la construcción del conocimiento implica una serie de estrategias de investigación:

Tener presente el papel que juegan en la sociedad las relaciones jerárquicas entre los sexos y de qué manera ello se plasma en la construcción del conocimiento a través de metáforas y valores y del uso de símbolos que representan y reproducen estas jerarquías.

-Considerar a las mujeres en su diversidad social y cultural (también a los hombres, aunque esto es más habitual).

-Plantear temas de investigación e hipótesis que consideren la complejidad social: que el mundo está constituido por mujeres y varones que viven en interacción (además: gente de distintas edades, de distintos estratos sociales de distintas etnias y razas…).

-Proponer temas de investigación que respondan a intereses de (muchas, algunas, bastantes) mujeres, que sirvan para mejorar la vida de las mujeres y que contribuyan a romper dinámicas sociales y científicas establecida

-Cuestionar los métodos y elegir procedimientos que no contribuyan a reproducir sesgos de género y que permitan perspectivas diversas.

-Introducir en la discusión de los resultados de investigación y en la formulación de hipótesis explicativas elementos de la vida social y cuestionar siempre de qué manera la visión de partida influye en los resultados finales.

FICHAS DE TRABAJO

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