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Conciliacin

Tema 4: De la conciliación a la corresponsabilidad

Barrer, fregar suelos, limpiar baños y cocinas, hacer camas, cocinar-, organizar la compra, lavar, planchar, guardar en los armarios, cuidar de las personas enfermas, priorizar gastos, planificar la economía doméstica… y así un sinfín de tareas que habitualmente realizan algunas personas para hacer que la vida de toda la familia sea más agradable. Y casi siempre, las personas que realizan la mayoría de estas actividades son mujeres, la madre, la esposa, la compañera, la hermana, la asistenta…

Habitualmente no llegamos a percibir lo que las demás personas que están con-viviendo a nuestro alrededor hacen para que todo vaya bien. Las rutinas diarias de limpieza, cocina, cuidado, son esenciales para vivir y convivir. Sin embargo, les damos escaso valor. Y cuando llegamos a percibir su importancia es, en muchos casos, porque la persona que habitualmente las hace ya no está o deja de realizarlas.

Si nos paramos sólo un poco y observamos, nos daremos cuenta de todo el trabajo que conlleva conseguir las cosas que nos hacen agradables el vivir y convivir a diario; pero todo esto no se hace solo, y si uno no lo hace, alguien lo está haciendo por él. Es hora de preguntarnos ¿quién es esa o esas personas? ¿Cuánto tiempo dedican a ello? ¿Por qué lo hacen? ¿Dónde han aprendido? En cuanto a uno mismo, hemos de preguntar nos también si intentamos hacer la vida más agradable a los demás y si lo hacemos ¿cómo lo hacemos?

Durante muchos años la mujer ha sido, fundamentalmente, la única encargada de todas aquellas tareas que se denominaban «labores del hogar» o «trabajo no remunerado» y que limitaban su presencia al ámbito privado, el del hogar. Los estereotipos de género, principal motivo de esta situación, han ido evolucionando y la mujer se ha incorporado al mundo del trabajo remunerado, si bien este avance, ha supuesto para muchas mujeres tener que sumar al tiempo dedicado a las «tareas del hogar» el tiempo dedicado al «trabajo remunerado» en lo que se denomina la «doble jornada». El avance producido en la incorporación de la mujer al ámbito público no ha ido acompañado de una incorporación similar de los hombres al mundo de lo «privado», a la corresponsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado.

No obstante, esta tendencia ha comenzado a disminuir paulatinamente en los últimos años, si bien todavía es la mujer la que dedica el triple de tiempo a la realización de estos trabajos. Y a pesar del cambio, algunos datos plantean que el cambio es más a nivel de pensamiento que de realidad, por lo que a pesar de los avances en la corresponsabilidad masculina en los tema domésticos y de cuidado, todavía se está lejos de haber conseguido una distribución igualitaria.

Objetivos

Comprender la importancia de la corresponsabilidad en el ámbito familiar.

Generar un respeto hacia el trabajo de aquellas personas que realizan las labores domésticas y de cuidado.

Destacar que las personas encargadas del trabajo doméstico lo hacen teniendo en cuenta no sus necesidades y gustos sino los nuestros.

Incidir en la responsabilidad del mantenimiento y cuidado de las instalaciones que usamos y compartimos.

Reconocer la labor de todas las personas que se ocupan de otras que están enfermas y de las funciones que realizan.

Reconocer la labor microeconómica que supone la organización y la economía familiar.

Valorar la importancia del trabajo en familia para la economía de una sociedad.

Poner de manifiesto la capacidad tanto de hombres como de mujeres de planificar y ejecutar cualquier tarea doméstica y de cuidado.

Desterrar los estereotipos de género que encasillan a la mujer en el ámbito del hogar y al hombre como proveedor familiar.

Fomentar la búsqueda de soluciones a problemas cotidianos. Aprender a ponerse en lugar del otro.

Saber valorar los problemas en su justa medida.

Respetar las opiniones contrarias a las nuestras.

Metodología

Las actividades propuestas son suficiente-mente abiertas como para que el profesorado pueda libremente realizarlas, si bien nuestra propuesta se basa en la reflexión sobre diferentes supuestos relacionados con los saberes y la casuística cotidiana (Un día en familia, Cuando la pareja se rompe, Ser padre en el siglo XXI, etc.)

En cualquier caso supone un plantea-miento metodológico más relacionado con la investigación, con la actitud crítica y el cuestionamiento de hechos que a muchas personas les pueda parecer evidentes pero que no siempre lo son. Es fundamental el trabajo de debate y reflexión hacia las cuestiones relacionadas con la responsabilidad en las tareas domésticas y de cuidado y con la asignación tradicional masculina/femenina de valores y actividades, proponiendo modelos en que hombres y mujeres vayan adquiriendo responsabilidades respecto a los cuidados cotidianos de su entorno e interés por las necesidades de la personas que está a su alrededor. Hablamos de un delicado equilibrio de valores entre los intereses personales (aficiones, trabajo, descanso, ocio, etc.) y las necesidades que genera la convivencia en común. Por tanto se trata de transmitir un modelo de organización basado en la corresponsabilidad, en el que compartir las tareas de las que todas las personas nos beneficiamos (y de las que todas somos responsables) genera tiempo suficiente para uno mismo y para compartir con los y las demás.

Para el desarrollo de las diferentes fi-chas es importante combinar la reflexión personal y grupal: el trabajo individual es necesario por cuanto aporta mayo-res posibilidades de autorrefexión; pero también el trabajo en grupo, ya que este supone reflexionar conjuntamente, valorar los puntos de vista de otras personas, ser conscientes de que existen diferentes formas de afrontar los trabajos y los problemas. La reflexión individual es más indicada para el comienzo de cada ficha, mientras que las puestas en común y el trabajo en grupo permitirán desarrollar actitudes sociales positivas hacia estos temas.

10 cuestiones sobre igualdad. El análisis del contexto como punto de partuda

EJEMPLIFICACIÓN EN UN CENTRO

Objetivos generales.

-Progresar en la adquisición de hábitos no sexistas en relación al trabajo doméstico y en la asistencia de nuestros mayores.

-Fomentar que el ámbito privado sea horizontal, de consenso

Objetivos específicos.

1.- Utilizar técnicas y métodos para cambiar la percepción del trabajo doméstico como eminentemente femenino.

Actividades para trabajar este objetivo

-Charla sobre conciliación laboral y familiar.

-Concurso de carteles con el lema «Compartir es querer «en el que pueden participar todo el alumnado

2.- Elaborar estrategias para percibir como natural la corresponsabilidad en el cuidado de nuestros mayores.

Actividades para este objetivo

-Explicación en clase del envejecimiento como un proceso natural de todas las personas.

– Dar entender el cuidado de la dependencia como un ejercicio de solidaridad y corresponsabilidad.

-Proyectar una película donde se aborde críticamente este tema y suscitar un debate.

METODOLOGÍA

Elaboramos una escala de actitud (figura como anexo I) que midiera y reflejara una puntuación sobre un índice de machismo establecido de la siguiente forma: todos los ítems que conformaban la escala llevaba cuatro posibles respuestas, nada de acuerdo, poco de acuerdo, bastante de acuerdo y muy de acuerdo a los que se puntuaba, en un gradiente creciente de sesgo machista, con O puntos, 2 puntos, 4 puntos y 6 puntos respectivamente.

Esta encuesta fue pasada a todos nuestros alumnos y se estableció un grupo de control que coincidiera como el más estable en el centro.

Otra variable que consideramos importante que quedara reflejada fue el tanto por ciento que respondieron como poco o nada de acuerdo, en términos de machismo, en cada ítem, es decir la proporción de respuestas que puntúan cero o dos puntos en la construcción del índice de machismo

La edad media de este grupo control era de 23 años y el resultado de la aplicación de escala de valoración para el grupo control fue:

De los ítems que conformaban el cuestionario, el que estaba planteado como «por ser más paciente, la mujer está más preparada para el cuidado de de sus mayores» (n° 6) dio una puntuación alta en el índice de machismo.

Además es donde la proporción de respuestas «poco o nada de acuerdo» es más baja (60%)

La puntuación en este ítem también resultaba muy alta en el resto de los /as alumnos/ as no incluidos/as en el grupo de control. Y también se repetía la circunstancia de ser el ítem en donde la proporción de respuestas » poco o nada» era más baja.

La edad media de este grupo no designado como control era de 45 años y la variable edad no parecía influir en el resultado de la aplicación de la escala.

EVALUACIÓN

Construimos otra escala de valoración con los mismos ítems, pero los cambiamos de orden y alteramos su redacción, con ello pretendíamos pasar el mismo cuestionario pero que resultara inadvertido.

Este cuestionario (figura como anexo 2) lo pasamos al grupo control.

Este gráfico refleja el aumento o la disminución, en tanto por ciento, del índice machista con respecto a los resultados obtenidos en la primera aplicación de la escala, pasada antes de la charla y del concurso de carteles.

Se observa que en el ítem 6, que conservaba su lugar en la segunda escala, hay una reducción del 60% en el índice de machismo y aumentan los que contestan «poco o nada de acuerdo» hasta el 80%.

Por otra parte, es significativo el aumento, hasta un 80%, en el índice de machismo del ítem 4 «la madre es la encargada de controlar los estudios de hijos» y es preocupante que un 40% de los/as encuestados/as estén de acuerdo con este ítem en términos de «bastante o muy de acuerdo».

A nivel general la media aritmética en la primera aplicación da 41,40 puntos en el índice de machismo y en la segunda aplicación da 36,58, lo que supone una disminución media del 11,2%.

FICHAS DE TRABAJO

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